NUEVA ECONOMÍA Y TRANSFORMACIÓN DIGITAL

Uno de los rasgos mas distintivos que ha tenido la pandemia del COVID-19 y todas sus variantes sobre las personas naturales y jurídicas, es el obligatorio tránsito por el proceso conocido como “transformación digital”. Si bien ya la sociedad global se encontraba en el camino de la digitalización de sus relaciones sociales y de producción, no es sino hasta este evento extraeconómico que por necesidad nos adentramos en las posibilidades de mantener en funcionamiento la empresa en la distancia, los estudios, las comunicaciones, las relaciones interpersonales, las finanzas y hasta el tiempo de ocio.

Ya el investigador de la “sociedad red” Manuel Castells, acusaba los cambios que el uso intensivo de internet traería para el mundo, de igual manera Don Tapscott visionaba una “economía digital” o nueva economía a partir del relacionamiento económico, social y productivo con base en internet. Es tanto así que Klaus Schwab considera que nos encontramos en la “4ta revolución industrial” y debemos darles forma a todos estos avances tecnológicos con miras a fomentar el crecimiento y desarrollo de las naciones. Sin embargo, la adopción de la tecnología en este cambio epocal, no ocurre de forma paritaria, debido a las brechas etarias, económicas, sociales y de género que todavía existen.

En este sentido, el aprovechamiento efectivo del hecho tecnológico para crear, capturar y otorgar valor a las personas, empresas y sociedad, es lo que entendemos como transformación digital, y este proceso es clave en el cambio de las estructuras económicas y sociales para migrar de una economía “tradicional” a una “digital” manteniendo anclados los factores de producción en la economía real, y explorando alternativas en la nueva economía de la mano de la investigación, desarrollo e innovación (I+D+i). Esto significa que ahora más que nunca el ser humano debe estar en el centro del desarrollo tecnológico, porque estos avances no tendrían sentido sin conectar con el ser humano.

El comercio, las comunicaciones, el dinero, las finanzas, la producción y consumo de contenido ahora son más digitales que nunca. Los negocios son globales desde lo local, porque el e-commerce posibilita el acortamiento de distancias y eslabones en la cadena de valor de los procesos productivos. De igual forma pasamos de la web 1.0 a la 2.0, donde nosotros creamos contenido y protagonizamos espacios en las redes sociales a la velocidad de click, creando matrices de opinión, informando, educando y entreteniendo a propios y a extraños. El concepto del dinero y del valor, también han sido afectados por todos estos cambios, y es que ya las monedas no son metálicas, y tampoco son emitidas -en algunos casos- por gobiernos o bancos centrales.

El economista y premio nobel Milton Friedman, pudo imaginar la creación de nuevas formas de dinero a partir del uso intensivo de internet en la economía y los negocios en la década de los 90. Pero ya en los años 70, el también economista y premio nobel Frederick Von Hayek pensó en una forma de dinero desnacionalizado, libre del control gubernamental y en propiedad de todos. Sin embargo, esto no se haría realidad sino hasta la 4ta revolución industrial descrita por Schwab, y es que la nueva economía trajo consigo formas de transferencia de valor digital deslocalizados, apolíticos y en propiedad de aquel que lo desee.

El Bitcoin como sistema y medio de pago es uno de los más importantes hitos de la nueva economía, y a su vez es ejemplo de la transformación digital de los medios de pago y sistemas financieros globales, porque su naturaleza descentralizada y distribuida reta lo tradicional y conocido hasta la fecha como dinero fiat o de banco central. Tanto es así que el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Internacional de Pagos, el Banco Central Europeo y la Reserva Federal de los EE.UU., se encuentran estudiando la tecnología detrás de las criptomonedas (Blockchain), para desarrollar su propia versión de un medio de pago digital denominado Central Bank Digital Currency (CBDC).

Todos estos cambios lejos de crear incertidumbre o temor deben ser vistos como pasos lógicos de un proceso que se aceleró en pandemia, una transformación digital a gran escala, una necesidad de volcarse a lo digital en busca de soluciones a problemas reales de las personas, empresas y gobiernos. Es parte de la naturaleza humana, que lucha por superar los obstáculos de un entorno lleno de volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad, que se enfrenta con ingenio y determinación a los escenarios más inesperados, con el objetivo de trascender la adversidad y lograr nuevos espacios de equilibrio. Es por eso que la nueva economía se nutre constantemente de la transformación digital del ser humano en evolución.

Econ. Aarón Olmos Esp. MSc.
CEO Olmos Group Venezuela
Profesor de postgrado IESA

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