Las crisis económicas, políticas y sociales experimentadas por gran cantidad de países en los últimos años, han dejado innumerables lecciones sobre lo que se debe hacer o no, en términos del bienestar general de una nación. Venezuela es un caso que destaca, entre los países que muestran estas distorsiones, porque precisamente en medio de una caída sin precedentes de su PIB (+75% en 7 años), altos niveles de inflación, pérdida del valor intrínseco de su signo monetario, y por ende, del salario, tasas reales negativas respecto a la banca y su actividad, altos niveles de dolarización y uso de medios alternativos de pago, los empresarios que han apostado a esta tierra, siguen empeñados en mantenerse y prosperar en un país, cuya orientación de política económica no necesariamente los acompaña, impulsa y apoya.
Es precisamente en este entorno complejo y distorsionado, que como producto de la economía multimoneda derivada de la inefectiva aplicación de medidas monetarias y cambiarias, han surgido por necesidad, espacios de emprendimiento tecnológico orientados a afrontar y dar respuesta al problema de la pérdida de valor del signo monetario, así como también dotar de herramientas parabancarias, parafinancieras y parabursátiles, a personas naturales y jurídicas que ven día a día, perder su esfuerzo y trabajo medido en una moneda cuya única tendencia es a la baja. En este orden de ideas, billeteras digitales en bolívares, criptomonedas nacionales, plataformas p2p venezolanas, desarrollos blockchain criollos, casa de intercambio y traductores de pago con sello nacional, comenzaron a aparecer a gran velocidad, posicionándose como verdaderas soluciones a problemas que ni siquiera la banca tradicional podía corregir debido a su tamaño, nivel de supervisión y orientación estratégica de negocios.
Estos emprendedores digitales con orientación a soluciones financieras que conectan los medios alternativos de pago (cripto-fintech), con el dinero tradicional y las divisas, han sido forjados a la sazón de la misma problemática nacional y sin contar -en su gran mayoría- con otro financiamiento que no fuese el propio. Es decir, que, con recursos limitados y escasos, pero con grandes deseos de solventar problemas reales de la sociedad venezolana, han logrado soluciones efectivas que van adaptándose a los cambios que la propia economía nacional y mundial imponen. Es por eso que hoy por hoy, podemos enviar y recibir criptoactivos, cambiarlos en una plataforma p2p y luego realizar una transferencia bancaria utilizando los canales ya existentes. Es aquí donde nos preguntamos ¿Qué más pudiesen lograr estos visionarios nacionales, recibiendo la inversión apropiada? ¿Qué tantos más problemas pudieran corregir? Y es que lo que en Venezuela se prueba y funciona, seguramente podrá funcionar en mejores términos en cualquier lugar del mundo.
Por esta razón Venezuela es indudablemente un destino de inversión para el desarrollo Blockchain, Cripto y Fintech, porque en ningún otro país del mundo han sido tan necesarios estos desarrollos productos de jóvenes mentes, deseosas de cambiar su entorno y aportar soluciones valiosas a problemas que aquejan a gran cantidad de personas a nivel mundial. ¿Te animas a invertir en ellos?
Econ. Aarón Olmos Esp. MSc.
CEO Olmos Group Venezuela
Profesor de postgrado IESA